Se nos invita, pues, a vivir a la luz de Dios, rechazando el pecado, en expresión de Juan. Es el pecado el que nos impide reconocer a Jesús. Los primeros discípulos pensaban que veían un fantasma, pero la suave voz del Maestro los sacó de su error. Él les explica la historia de la salvación: el Mesías tenía que padecer. También Jesús nos explica a nosotros nuestra vida, le da sentido al sufrimiento y al dolor, esclarece las sombras y llena con su luz nuestra historia, tantas veces torcida y ahora mostrada como historia de salvación: es necesario que vivamos también situaciones difíciles, con la firme convicción de que nosotros resucitaremos con Él.
Les dejamos el enlace con las lecturas del día y un video del Evangelio.
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