sábado, 2 de julio de 2016

XIV Domingo del Tiempo Ordinario

     Celebramos este domingo el XIV del Tiempo Ordinario, primer domingo de este mes de julio, y la misión de la Iglesia en el mundo es la de ser testimonio de la paz y ser puente para que los hombres se encuentren con Jesús, ya que será Él quien los conduzca hacia Dios. La promesa divina de la paz (Shalom) no es sólo la ausencia de conflictos, sino la abundancia y la prosperidad que brota del costado de Cristo; se trata de la generosidad de Dios que se manifiesta de todos los modos y con múltiples gestos de ternura: “como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo” (1ª lectura).
     Esta promesa, Dios quiere que llegue a los oídos de todos, por eso en el evangelio, Jesús, como enviado especial de Dios, su Hijo, pide ayuda y no sólo se conforma con los doce, sino que lo extiende a 72 (ó 70, ya que la tradición manuscrita no es uniforme). Este número aparece en el AT, bien referido a los 70 ancianos ayudantes de Moisés (Ex 24,1; Nm 11,16) o bien a las 72 naciones paganas que surgen después del diluvio (Gn 10), y tiene un componente simbólico indicando que la tarea misionera es universal y no es competencia de unos pocos, sino que atañe a todos.
     El envío es de dos en dos, para que tenga valor jurídico el testimonio (Dt 17,6; 19,15) y dejar clara la función de mediación. Jesús nos indica el estilo de los misioneros de la paz: 1. La oración, ya que la fecundidad misionera nace del contacto vivo con el Dueño de la mies; 2. Anunciar con valentía, incluso ante la amenaza de persecución “corderos en medio de lobos”, sin imponer, buscando siempre lo que une; y 3. Llevar una vida sobria y austera. 
     En definitiva, viviendo al estilo de Jesús que se echa en brazos de su Padre
     Les dejamos el enlace con las lecturas y un video del Evangelio.


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