sábado, 2 de abril de 2016

II Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia

    Este domingo celebramos el II Domingo de Pascua, el Domingo de la Divina Misericordia.
    También este domingo es Pascua de Resurrección. Tan grande es la fiesta que durante ocho días seguimos cantando el aleluya gozoso de la salvación.     Por eso leemos el evangelio de la tarde de Pascua en el que Cristo se aparece a sus discípulos. No es otro el que resucita sino el Crucificado, por eso les muestra las manos y el costado. Él les desea: «Paz a vosotros», saludo común de los judíos que se convierte aquí en bendición sublime. Las llagas pueden ser curadas y el miedo puede tornarse en alegría. El Resucitado les regala los dones pascuales: paz, misión, Espíritu y perdón.         Podríamos conjugarlos: el testigo del Resucitado, impulsado por el Espíritu Santo, emprende con entusiasmo la misión de anunciar la paz, que se realiza por el perdón de los pecados. Asimismo, las lecturas de hoy dan noticia contrastante de cómo los primeros creyentes recibieron el anuncio pascual. Por un lado, Tomás es modelo del escéptico a quien le costó abrirse a la novedad del Resucitado; y, por otro, la lectura de Hechos es un pequeño testimonio del avance fulgurante del Evangelio, motivado por la acción curativa del Espíritu y la valentía de los discípulos. Finalmente, hemos leído la primera visión del libro del Apocalipsis. En ella, Juan, el vidente, contempla a una figura extraordinaria, «como un Hijo de Hombre», que representa a Cristo resucitado. Él está entre los siete candelabros de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea, porque Jesucristo resucitado sigue presente en medio de su Iglesia. Él es el primero y el último, el que ha vencido al abismo y ahora es poseedor de las llaves de la muerte.        Esta visión constituía un mensaje de esperanza para los primeros destinatarios del libro, que vivían asediados por las acechanzas del Imperio Romano. El Viviente animó —y sigue animando— a todos los perseguidos, angustiados y desalentados de la historia. ¡Cristo vive! Déjate entusiasmar por él.

    Les dejamos el enlace con las lecturas de hoy y un video del Evangelio.





No hay comentarios:

Publicar un comentario